Extranjerización de la tierra: violación de los derechos territoriales del pueblo Sikuani en la Altillanura

Extranjerización de la tierra: violación de los derechos territoriales del pueblo Sikuani en la Altillanura

Actualmente, en el municipio de Puerto Gaitán, departamento del Meta, se encuentran las comunidades Iwitsulibo, Tsabilonia y Barrulia del pueblo indígena Sikuani; pueblo de origen nómada quienes habitan la región de la Altillanura colombiana. Estas comunidades, en razón de los procesos de colonización y, más recientemente, el contexto de violencia sociopolítica y armada, así como la negación de su existencia como pueblos originarios de este territorio a partir de adjudicaciones de tierras denominadas “baldías” a terceros por parte del Estado, estos pueblos han tenido que adaptarse y asentarse en ciertos territorios, en donde han sido desalojados, confinados e incluso desplazados, desconociendo su relación ancestral con sus territorios.

Es por ello que, desde 2017 las comunidades de Iwitsulibo, Tsabilonia y Barrulia iniciaron su proceso de reclamación de la protección de sus territorios ancestrales ante la Agencia Nacional de Tierras (ANT), amparadas en el Decreto 2333 de 2014; esta exigencia se hizo con el objetivo de salvaguardar su derecho territorial manifiesto en sus prácticas culturales y de subsistencia acorde con sus sistemas de vida y conocimiento. A la fecha, la falta de celeridad en la respuesta a la solicitud de las comunidades de Iwitsulibo y Tsabilonia y a la negativa a la solicitud de protección de la comunidad de Barrullia por parte de la ANT ha vulnerado los derechos territoriales de estas comunidades, puesto que se han adelantado los procesos de compra-venta de tierra y con ello la posibilidad de procesos policivos de desalojo amparados en el “derecho a la propiedad privada”, el desarrollo de la agroindustria, las afectaciones ambientales, la limitación y negación de movilidad de estas comunidades en su territorio.

A raíz de la negativa de protección del territorio ancestral de la comunidad de Barrulia en el año 2022, las organizaciones indígenas nacionales que conforman la CNTI, entre ellas, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Confederación Indígena Tayrona (CIT) y Autoridades Indígenas de Colombia por la Pachama (AICO) y el Secretario Técnico Indígena de la CNTI, recurrieron al mecanismo de revocatoria directa para que la ANT, revoque y estudie nuevamente su decisión ya que va en contravía de los preceptos constitucionales relacionadas con la protección a la diversidad étnica y cultural, el acceso al territorio de un pueblo seminómada y la garantía de sus derechos fundamentales.

En ese marco de exigencias, la Asociación Indígena UNUMA, la Organización Nacional Indígena de Colombia -ONIC-, la ONG Somos Defensores y el Observatorio de Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas de la Secretaría Técnica Indígena de la CNTI, se unieron para realizar la misión de prensa “Extranjerización de la Tierra en la Altillanura: violación de los derechos territoriales del pueblo Sikuani”, con el objetivo de visibilizar las problemáticas que han traído los procesos de extranjerización de los territorios ancestrales a las tres comunidades antes nombradas.

Para ello, los días 16 y 17 de marzo de 2024 se visitaron las comunidades de Iwitsulibo, Tsabilonia y Barrulia. Durante la visita se evidenció que la falta de protección y garantías de los derechos territoriales de estas comunidades afecta sus sistemas propios, puesto que las dinámicas de propiedad de la comunidad extranjera de los Menonita, que se evidencia a partir del levantamiento de cercas, contratación de empresas de vigilancia privada, la creación de caminos, producción de monocultivos y el control territorial, impide el desarrollo de sus dinámicas identitarias, culturales y materiales, así como la garantía de sus derechos fundamentales que les merecen.

Con relación al ingreso a sus territorios ancestrales, las comunidades indígenas encuentran limites de acceso por los caminos que transitan, pues se encuentran puestos de control de la empresa La Fazenda y de la comunidad religiosa de los Menonitas. En cada acceso, la empresa de vigilancia respectiva frena el tránsito e inicia el interrogatorio preguntando sobre el lugar al que se dirigen y sus intenciones de ingreso en el territorio. No siempre hay permiso para que las comunidades puedan ingresar al territorio, lo que afectan su acceso y movilidad.

A su vez, las labores de quema a las sabanas y los bosques de galería, la explotación y arado permanente, el uso de cal para modificar la acidez del suelo y las fumigaciones a los cultivos desarrollados por las comunidad de los Menonitas, además de generar afectaciones ambientales a la tierra y sus sustratos, las aguas subterráneas, las cuencas hídricas y los bosques de sabana, se advierte, además, la perdida de flora y fauna, han transgredido los derechos de las comunidades indígenas a su salud, sistemas alimentario, a su autonomía, a la relación territorial y el cuidado de la naturaleza.

A diferencia de las familias menonitas, que han hecho perforaciones de pozos y construidos tanques de agua de almacenamiento, las comunidades de Iwitsulibo, Tsabilonia y Barrulia recurren a los ríos y quebradas para tomar el agua para la cocción de sus alimentos y demás usos cotidianos, fuentes que, como se señalaba previamente, están más expuestas a los pesticidas utilizados para el mantenimiento de cultivos; al respecto, en diferentes testimonios, señalaron que el uso de estas aguas contaminadas les ha traído enfermedades gastrointestinales y cutáneas. Además, han visto una disminución en la cantidad de peces, lo que ha traído una afectación en su seguridad y soberanía alimentaria, es decir en su sistema alimentario.

Adicionalmente, su sistema de alimentación y salud se ha visto alterado ya que las plantas sagradas medicinales, así como sus cultivos y los animales de caza, que antes se encontraban en las sábanas han desaparecido por las prácticas de quema y arado. Ello ha generado que deban acudir a la medicina occidental y salir de sus territorios para buscar su alimentación acudiendo incluso a la mendicidad.

En ese sentido, solicitamos al Estado colombiano de cumplimiento a las garantías de protección de los derechos territoriales y fundamentales del pueblo Sikuani amparados en la Constitución, los Convenios internacionales y demás instrumentos normativos.

¡Defender los territorios es defender la vida!

¿Por qué los árboles transgénicos implican graves riesgos?

¿Por qué los árboles transgénicos implican graves riesgos?

Desde el Observatorio de los Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas ODTPI, junto con la organización Global Justice Ecology Project y la Campaña Internacional para detener los árboles transgénicos, el próximo 17 de abril del 2024 en el marco del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU en New York, realizarán un evento paralelo sobre la creciente amenaza de árboles genéticamente modificados.

El objetivo de este evento es visibilizar el daño ecológico y social que produciría el uso de árboles transgénicos y las falsas soluciones de los esquemas climáticos. “El uso a gran escala de árboles transgénicos podría devastar los bosques, así como la biodiversidad y las comunidades, pues las plantas transgénicas son un riesgo para la diversidad”, comentó Cassandra Smithies integrante de la Campaña para parar los árboles transgénicos.

Además, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, manifestaron que “mientras a nivel mundial los efectos del cambio climático se vuelven más inmediatos y severos, los intereses corporativos promueven el uso de árboles transgénicos como método de mitigación, aunque no comprobado y potencialmente peligroso, incluyendo las compensaciones de carbono y la emergente bioeconomía”.

Cuando el polen de un árbol transgénico contamina un árbol no modificado, le transfiere genes que la segunda planta no tendría de manera natural, provocando daños irreversibles. Los árboles contaminados pueden luego contaminar a otros árboles, en un ciclo interminable. Las grandes extensiones de tierra cultivadas con plantas con idéntico material genético reducen drásticamente la biodiversidad. Un ejemplo de esto, es lo que sucede en el caso de la soja o el maíz transgénico.

En América Latina, desde el 2021, Brasil legalizó 7 variedades de eucaliptos transgénicos para su uso en plantaciones. Los árboles transgénicos están genéticamente modificados para envenenar insectos, resistir herbicidas tóxicos como glifosato y crecer rápidamente. Además, de ser utilizados para créditos de carbono y REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación).

En el caso de Colombia, es una situación que al parecer apenas está llegando, por lo tanto, aún no hay suficiente información documentada sobre árboles genéticamente modificados. Sin embargo, está la problemática por la deforestación en la Amazonia colombiana, específicamente la deforestación ocurrida en territorios indígenas. Así, como el acaparamiento de tierras, la infraestructura vial, la ganadería extensiva, la agroindustria, los cultivos de uso ilícito, la expansión de la frontera agropecuaria, la extracción y comercio ilegal de madera donde los departamentos mayormente afectados son Meta, Guaviare, Caquetá y Putumayo.

En ese sentido, para el ODTPI es importante apoyar y visibilizar esta problemática que viene creciendo, ya que es fundamental proteger y cuidar los espacios de vida para la pervivencia de los pueblos originarios y su lucha para la defensa de sus derechos fundamentales y territoriales en Colombia.

¡Defender los territorios, es defender la vida!

 Vulneración de los derechos fundamentales y territoriales de la comunidad Liwinaka del Pueblo Sikuani en Puerto Gaitán

 Vulneración de los derechos fundamentales y territoriales de la comunidad Liwinaka del Pueblo Sikuani en Puerto Gaitán

Como Secretaría Técnica Indígena de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas -CNTI, rechazamos y denunciamos el constante asedio y persecución de las comunidades indígenas del Pueblo Sikuani, la cual se encuentra en inminente riesgo de extinción física y cultural, como lo ha reconocido la Corte Constitucional en el Auto 004 de 2009.

Así mismo, denunciamos la vulneración de sus derechos fundamentales y territoriales, por parte de las autoridades administrativas del municipio de Puerto Gaitán, Meta, quienes por intermedio de la inspección segunda rural municipal y la Policía Nacional, el día 10 de abril de 2024, desalojaron a la comunidad de Liwinaka en marco de procesos policivos ilegales, sin la implementación de protocolos que respondan a la situación humanitaria de esta población indígena.

De igual manera, la Alcaldía de Puerto Gaitán, desconoce que en favor de la comunidad de Liwinaka, se adelanta actualmente un proceso de protección de los territorios ancestrales en el marco del decreto 2333 de 2014, y que en este proceso la Agencia Nacional de Tierras solicitó, en oficio del 9 de abril del año en curso, la suspensión de los procesos policivos que afecten los derechos humanos y territoriales de la comunidad de Liwinaka, del Pueblo Sikuani; solicitud totalmente ignorada por las autoridades municipales.

Se advierte desde la CNTI que la comunidad a la fecha tiene en curso dos solicitudes ante la Agencia Nacional de Tierras ANT. La primera, una solicitud de constitución del resguardo desde 2022 y la segunda, un proceso de protección del territorio ancestral del pueblo Sikuani que lleva más de 6 años; lo que evidencia un rezago institucional en ambas solicitudes, generando inseguridad en el territorio por la falta de protección y formalización.

En ese sentido, solicitamos a la Agencia Nacional de Tierras avanzar en los procesos de protección y formalización del territorio ancestral y reitere la solicitud de suspensión del proceso policivo de desalojo que adelanta actualmente el municipio de Puerto Gaitán en contra de la comunidad Liwinaka. Exigimos a las autoridades municipales de Puerto Gaitán la suspensión del proceso de desalojo que adelanta actualmente de manera ilegal y sin la implementación de los protocolos humanitarios correspondientes, que se ha traducido en la violación grave de los derechos humanos y territoriales de la comunidad Liwinaka.

De igual forma, hacemos el llamado urgente a la intervención por parte de la Personería Municipal de Puerto Gaitán, a la Defensoría del Pueblo para que en el marco de sus funciones constitucionales garanticen los derechos fundamentales de esta comunidad indígena, que es sujeto de especial protección constitucional.

¡Defender los territorios es defender la vida!

“Para nosotros, el asesinato de líderes indígenas es como si mataran alcaldes”

“Para nosotros, el asesinato de líderes indígenas es como si mataran alcaldes”

Por: Tomás Tarazona Ramírez
Tomado de El Espectador

En entrevista con El Espectador, Camilo Niño, líder arhuaco y secretario técnico de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas, habló sobre los homicidios sistemáticos de los líderes de esta población, los cuales, si bien bajaron en 2023, siguen con cifras en rojo. En marzo pasado, Niño se reunió con el relator especial de la ONU sobre asuntos indígenas, quien visitó Colombia para analizar esta y otras problemáticas de diversas comunidades.

Al interior de las Naciones Unidas hay un despacho en el Alto Comisionado para los Derechos Humanos que procura estar al tanto de las condiciones de vida de los pueblos indígenas. Desde 1990, la Relatoría Especial sobre derechos indígenas visibiliza aquellos países donde los pueblos étnicos son violentados, y les recomienda a las naciones cómo pueden ayudar a mejorar la forma en la que viven, sobre todo en entornos conflictivos.

Luego de 20 años de la última visita, Francisco Calí, el relator especial sobre asuntos indígenas de la ONU, volvió a Colombia para conocer la situación de vida de esta población que aún sigue inmersa en desplazamientos, reclutamiento forzado de menores y, desde hace años, sus caciques nutren los registros de líderes sociales asesinados. El escenario fue descrito por el relator como “grave, crítica y profundamente preocupante”. Y es que, según los hallazgos de la Comisión de la Verdad, 71 de los 102 pueblos indígenas que habitan en Colombia están en riesgo de extinguirse; es decir, más del 70 %.

El Espectador habló con Ricardo Camilo Niño, un líder arhuaco que a sus 40 años lidera la Comisión Nacional de Territorios Indígenas y quien, en marzo pasado, se reunió con el relator Calí para manifestarle su preocupación sobre las problemáticas que viven día a día los pueblos indígenas en Colombia. El también experto en desarrollo rural asegura que el respeto por los territorios ancestrales es una condición necesaria para que otros flagelos como la violencia, pobreza o desplazamiento no sigan perpetuándose en sus pueblos.

La última visita de la Relatoría Especial de asuntos indígenas de la ONU a Colombia fue en marzo de 2004. Ahora que volvieron al país para observar la calidad vida, condiciones y peticiones de los indígenas ¿Cuáles fueron los resultados de esta visita?

La visita de los relatores se hace de manera oficial, es decir, son los Estados o Gobiernos quienes invitan a la ONU. En este caso, fue una oportunidad para hablar de la situación y actuaciones del Estado frente a los pueblos indígenas. Pero hay que aclarar que esta visita va mucho más allá del Gobierno de turno. Nosotros esperamos que haya unas recomendaciones hacia el Estado y sus instituciones desde diferentes perspectivas: en materia territorial, derechos de los pueblos indígenas y otras cuestiones que estén más acorde a la realidad que viven los grupos indígenas.

¿Cuál es esa realidad?

Aún podemos ver que los derechos fundamentales de los indígenas se vulneran; hay confinamientos, amenazas, asesinatos de líderes y lideresas que, por defender el territorio, han entrado en ese contexto de violencia. La última visita del relator de la ONU fue hace 20 años, pero las exigencias, la seguridad y el abandono estatal lleva a que los pueblos indígenas continúen hoy en medio de esa extinción física y cultural. No es lo mismo un alto número de asesinatos en una población grande que en una pequeña, y más cuando eso va dirigido a los líderes indígenas o defensores del territorio

El líder arhuaco asegura que se deben solucionar los problemas de autonomía territorial de los pueblos indígenas para evitar otros flagelos, como el desplazamiento y asesinato de líderes étnicos.

El líder arhuaco asegura que se deben solucionar los problemas de autonomía territorial de los pueblos indígenas para evitar otros flagelos, como el desplazamiento y asesinato de líderes étnicos.

Desde la última visita del relator indígena de la ONU han pasado varios sucesos, como, por ejemplo, la firma del capítulo étnico del Acuerdo de Paz. ¿Qué ha significado este compromiso para los pueblos indígenas?

Nosotros exigimos que se construyera un capítulo étnico para la implementación del Acuerdo de Paz, pero la paz no llegó a los territorios. Siguen matando a nuestros líderes. La paz no es solo la ausencia y el silencio de las armas, es también combatir el abandono estatal, la insurgencia de los grupos armados o hechos de violencia. Ejemplos hay muchos: nuestros hermanos indígenas asesinados en Puerto Leguízamo (Putumayo) el mes pasado; el desplazamiento de más de 1.000 personas de la comunidad awá en Nariño; el exilio de los compañeros embera desplazada en Bogotá hace más de dos años, o lo que está pasando con nuestros hermanos nasa en el Cauca, que sufrieron dos atentados en menos de una semana a manos de las disidencias de las Farc.

¿Cómo explicar estas vulneraciones y violencias?

Hemos hecho seguimientos rigurosos al tema agrario y rural, y encontramos algunos pendientes. El primero se refiere a los derechos territoriales de los pueblos indígenas; aún no han sido subsanados y nuestra base de información (en el Observatorio de Derechos Territoriales) recoge que hay más de 1.500 solicitudes de constitución, ampliación, saneamiento o protección de territorios ancestrales que no han sido solucionados. Los derechos territoriales han llevado, por supuesto, a otros problemas y exigencias en cuanto a protección, seguridad y calidad de vida en los territorios.

¿Qué papel juega en este debate la integración entre la justicia ordinaria y étnica?

La Corte Constitucional ha logrado éxitos con el derecho a la consulta previa. Pero el gran desafío que tiene el Estado es aterrizar y materializar el reconocimiento que se ha dado. Ha habido acercamiento al acceso de justicia, reparación colectiva y garantías de no repetición. El reto es saber cómo llevamos a que esto realmente funcione en la práctica. Que, por ejemplo, los pueblos que sean desplazados, puedan retornar pero una vez se resuelvan los factores que incidieron en su desplazamiento.

¿Qué decir frente al asesinato de líderes y lideresas sociales? ¿Por qué estos crímenes se siguen presentando y qué repercusiones tiene para la población indígena?

Solo en 2023 nuestras cifras recogen que hubo 69 asesinatos, lo que evidencia un descenso importante frente a años anteriores, pero esos patrones de violencia se siguen manteniendo. Y esto debilita una parte del movimiento indígena porque atenta directamente contra nuestro proceso organizativo. Es como si en las ciudades estuvieran matando a los alcaldes y gobernadores: eso nos está pasando a nosotros. Con el tiempo, esto impacta en lo espiritual, lo cultural y en la desaparición a la que pueden estar sujetos los pueblos indígenas.

¿Y la autonomía territorial? Esa ha sido una lucha de décadas…

Existe aún una brecha en el reconocimiento, delimitación, protección, titulación, restricción de los derechos territoriales indígenas frente al ejercicio de nuestra autonomía. Sin estas condiciones se mantiene en riesgo nuestra providencia física y cultural como pueblos indígenas. Hoy tenemos en solicitud más de 10 millones de hectáreas que se vienen tramitando para ser reconocidas y tituladas dentro de nuestros territorios. Lo que uno ve es hay sentencias judiciales que han surgido, pero que no han sido cumplidas. Quien debe cumplir también por ley es el Estado, que finalmente es sobre en quien recae la obligación de hacer cumplir la ley.

 

Artículo tomado de: https://www.elespectador.com/justicia-inclusiva/el-asesinato-de-lideres-indigenas-es-como-si-mataran-alcaldes-y-gobernadores-habla-lider-que-se-reunio-con-la-onu/

El pueblo indígena Je’eruriwa en riesgo de exterminio físico y cultural

El pueblo indígena Je’eruriwa en riesgo de exterminio físico y cultural

El pasado 5 de abril el equipo técnico de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas – CNTI se reunió con representantes del pueblo Indígena Je’eruriwa, población originaria del Mirití Paraná en el departamento de Amazonas, dicha comunidad actualmente adelanta un proceso de formalización (constitución) de su resguardo indígena, por lo requieren la adquisición de varios predios por parte de la Agencia Nacional de Tierras (ANT).

En la actualidad su población no supera los más de 90 personas, muchos de ellos aún se encuentran desplazados de su territorio ancestral y hoy están ubicados en otras regiones de del territorio nacional como lo es Leticia y la cabecera del área no municipalizada de La Pedrera en Amazonas, así como Villavicencio en el Meta y Medina en Cundinamarca.

El Pueblo Je’eruriwa, ha sido históricamente afectado por los fenómenos de la violencia, exterminio y despojo, como la Casa Arana y en las últimas décadas por el conflicto armado interno, en el que padecieron la violación de sus derechos humanos, territoriales y culturales por parte de los actores armados, situación de que los obligó a desplazarse y abandonar sus territorios y enfrentarse al inminente riesgo de exterminio físico y cultural, como lo ha reconocido la Corte Constitucional.

En ese sentido, la comunidad indígena ubicada en el municipio de Medina, Cundinamarca, con el fin de lograr el rescate de su cultura, autodeterminación y autogobierno, adelanta un proceso de constitución de resguardo indígena que requiere la adquisición de predios por parte de la Agencia Nacional de Tierras.

Sin embargo, a pesar de contar con un fallo de tutela que ordena a la entidad la garantía de los derechos territoriales de la comunidad, no se han presentado avances en los procesos de compra, y, por tanto, el proceso de formalización del territorio se encuentra en rezago.

Teniendo en cuenta la difícil situación de su comunidad, así como su inminente riesgo de extermino físico y cultural, se requiere que la ANT avance en los procesos de adquisición de los territorios que hacen parte de la solicitud territorial de la comunidad, en el marco del proceso de constitución de resguardo indígena. Lo anterior requiere una respuesta urgente, teniendo en cuenta que dicha entidad se encuentra en el marco de un desacato de órdenes judiciales proferidas en sentencia de tutela para este caso.

¡Defender los territorios es defender la vida!

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