Más de cinco siglos después, seguimos de pie, defendiendo la vida, el territorio y la Madre Tierra.
Desde la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) conmemoramos el Día de la Resistencia Indígena, una fecha para recordar que no fue un descubrimiento, sino una invasión y un genocidio. Hace más de 500 años comenzó una historia de despojo, empobrecimiento y silenciamiento que intentó borrar nuestras raíces. Pero aquí seguimos: pueblos vivos, guardianes del territorio y la vida.
No fuimos descubiertos; ya estábamos aquí. Somos pueblos milenarios que, mucho antes de la colonización, habitamos estos territorios con estructuras propias de gobierno, espiritualidades diversas, expresiones culturales, economías colectivas y conocimientos ancestrales. Durante siglos hemos resistido para garantizar nuestra pervivencia y permanencia física, cultural, espiritual y colectiva, sostenida en la armonía entre los pueblos y la naturaleza.
El colonialismo no terminó con la independencia. Hoy continúa en los proyectos extractivos, en la militarización de los territorios y en las políticas económicas que desconocen nuestra autonomía y gobierno propio. La invasión cambió de forma, pero no de propósito: el despojo sigue siendo la herida abierta que atraviesa nuestra historia.
Aun así, más de cinco siglos después, seguimos de pie. Nuestra resistencia no es sólo memoria; es espiritualidad viva, autonomía, palabra colectiva y acción política. No nos han podido eliminar. No nos han podido doblegar. Y no lo van a poder hacer.
Honramos a nuestros ancestros y ancestras que defendieron la vida y el territorio con dignidad y valentía. A quienes retornaron a la Madre Tierra y hoy nos orientan desde otro plano. Ellos y ellas son raíz y horizonte. Su fuerza nos convoca a seguir caminando con determinación y unidad.
Seguimos más vivos que nunca. No solo somos memoria, somos presente y futuro. Somos mandato colectivo y camino común. Frente al silencio impuesto por siglos, hoy los pueblos hablamos con nuestras voces, lenguas y medios propios. Somos tierra, agua, monte y palabra.
Defender nuestros territorios es defender la vida, el agua y el futuro común de todos los pueblos.
En este 12 de octubre, reafirmamos que la resistencia indígena es esperanza, alternativa y camino.
¡Defender los territorios es defender la vida!
¡Qué vivan los Pueblos Indígenas del mundo!