En el marco de la defensa de los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas en Colombia, la Secretaría Técnica Indígena de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas, realizamos jornadas de formación y aplicación de encuestas comunitarias junto a los pueblos Pasto, Quillasinga y Awá en Nariño, y con el pueblo Arhuaco en la Sierra Nevada de Santa Marta durante los meses de mayo y julio. Reafirmamos que la defensa de los derechos comienza en el territorio.
Estas acciones hacen parte del esfuerzo colectivo por monitorear el estado de los derechos territoriales, ambientales y culturales, así como de fortalecer sistemas propios de información y monitoreo, construidos desde nuestras realidades, lenguajes y formas de organización. Son herramientas fundamentales para respaldar la autonomía, la autodeterminación y la protección integral de la vida en los territorios.
A través de este proceso recolectamos, analizamos y usamos datos con enfoque propio, desde nuestros sistemas de conocimiento y principios. Así evaluamos si los derechos se están garantizando o vulnerando, de acuerdo con estándares internacionales como el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Marco Global de Biodiversidad.
Para los pueblos indígenas, el territorio no es solo una porción de tierra: es un ser vivo, fundamento espiritual, cultural, económico y político de nuestra existencia. Monitorear los derechos es también una forma de cuidar a la Madre Tierra, sostener nuestras formas de vida y proteger los equilibrios que garantizan la biodiversidad para todos los pueblos.
Sabemos que Colombia, como otros Estados, ha asumido compromisos internacionales para proteger integralmente los territorios indígenas. Sin embargo, muchos de esos compromisos aún no se cumplen. Por eso, ejercer soberanía de datos, y tener acceso a información propia es clave: nos permite hablar desde el territorio, exigir respeto, y transformar los escenarios de decisión en espacios donde nuestras voces sean escuchadas y respetadas.
Desde la CNTI, estamos construyendo una serie de recomendaciones que presentaremos en septiembre, basadas en los hallazgos de este proceso. Porque sin territorio no hay pervivencia, y sin pervivencia se pierde una riqueza viva de culturas, lenguas, conocimientos y espiritualidades que han cuidado la vida durante siglos.
Ejercemos la soberanía sobre nuestra información y nuestros datos propios. Porque defender los territorios es defender la vida.