- Hasta ahora, la demarcación de 10 territorios en Brasil es la mejor noticia de la COP para los pueblos indígenas: Sineia do Vale
- De datos sobre los territorios a datos con los territorios
- La comunidad de Je’ruriwa Yukuna continúa sin avances en sus derechos territoriales
- Incidencia de la CNTI en la Ruta Integral del Pueblo Arhuaco: saneamiento y sexta ampliación del Resguardo Kogui Malayo Arhuaco
- CRIC presentó en la COP30 el Mandato ATEA, una herramienta de derecho propio para hacer respetar los derechos de la Tierra
La defensa de la vida y del territorio por parte de los Pueblos Indígenas se ha convertido en una de las actividades con más alto riesgo en Colombia, y hoy por hoy, puede considerarse una actividad de las más peligrosas del mundo. Según Global Witness, por dos años consecutivos este país ha sido el más letal para quienes defendemos la naturaleza y el territorio. Entre 2012 y 2023 fueron asesinadas 2106 personas defensoras, de las cuales 766 eran indígenas, lo que equivale al 36% del total. Los Pueblos Indígenas somos los más golpeados por una violencia que busca callar nuestras voces y despojarnos de nuestros territorios. En Colombia la defensa territorial se paga con la vida.
Durante 2023 y 2024, la situación de seguridad de los Pueblos Indígenas en Colombia se deterioró de manera significativa. Las comunidades enfrentaron una escalada de violencia sistemática relacionada con la intensificación del conflicto armado y la recomposición de las alianzas entre actores armados ilegales y poderes económicos locales que disputan el control territorial. Estas dinámicas se suman a la inseguridad jurídica y material sobre los territorios indígenas, la cual históricamente ha facilitado el despojo y ha incrementado los riesgos para quienes ejercen la defensa de la vida y del territorio.
En este periodo (2023-2024), el Sistema de Información de Violencia Sociopolítica contra Pueblos Indígenas (SIVOSPI) del Observatorio de Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas (ODTPI) de la CNTI documentó 282 agresiones contra 23721 personas indígenas. De ellas, 186 fueron letales2, con un saldo de 218 víctimas mortales, y 96 no letales3, que afectaron a 2154 personas mediante amenazas, secuestros, desplazamientos y reclutamientos forzados. Cabe resaltar que, el SIVOSPI ha registrado desde el 2016 asesinatos de personas defensoras. Entre 2016 y 2022, se registraron 539 asesinatos de personas defensoras indígenas.
El presente informe se fundamenta en el trabajo acumulado por el Observatorio de Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas (ODTPI) de la CNTI, y en el Sistema de Información de Violencia Sociopolítica contra Pueblos Indígenas (SIVOSPI), un mecanismo de información y monitoreo de derechos humanos que nace hace cuatro años como una exigencia política y técnica de los Pueblos Indígenas. El SIVOSPI recopila información directamente desde los territorios y las organizaciones indígenas que integran la CNTI, la cual es complementada con fuentes secundarias como prensa y entrevistas.
El análisis posee limitaciones derivadas del contexto de riesgo, el subregistro en los sistemas propios de monitoreo y la ausencia de información oficial y unificada sobre riesgos, agresiones y medidas de protección dirigidas a los Pueblos Indígenas. No obstante, logra articular una narrativa que combina denuncia, memoria y propuestas de paz, con el propósito de visibilizar la defensa territorial indígena y posicionar los saberes ancestrales como fundamentos del gobierno propio y de la justicia ambiental.






