En el marco de la Minga Indígena Nacional por la Vida, el Territorio, la Paz y la Justicia Social, se firmó hoy un hecho histórico para los Pueblos Indígenas de Colombia: el Decreto Ley que establece e implementa el Sistema Indígena de Salud Propia e Intercultural (SISPI) como política de Estado en el ámbito de la salud indígena.
Este logro es fruto de años de movilización, lucha colectiva y diálogo político entre el movimiento indígena y el Estado colombiano. La firma del decreto representa el reconocimiento del derecho a la salud desde los sistemas propios de los pueblos indígenas, y un avance concreto en la garantía de nuestros derechos colectivos.
El decreto reconoce al SISPI no solo como un modelo de atención, sino como una expresión viva de nuestros saberes, espiritualidades y formas de cuidado. El decreto establece que los procesos administrativos en salud deberán adecuarse progresivamente al SISPI, garantizando el respeto por las estructuras de gobierno propio de los pueblos indígenas. Este tránsito deberá desarrollarse bajo los principios de progresividad, voluntariedad y autonomía, asegurando que el cambio no sea impuesto, sino construido colectivamente desde los territorios.
Asimismo, el decreto reconoce los decretos autónomos en salud indígena que ya han sido expedidos por los pueblos y organizaciones, siempre que estén articulados con los lineamientos del SISPI. Esto permite dar continuidad a los procesos que ya han sido construidos desde el ejercicio de la autonomía, fortaleciendo lo existente y evitando retrocesos en los avances normativos y organizativos alcanzados por los pueblos indígenas.
Desde la Secretaría Técnica Indígena (STI) de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) y las organizaciones que hacemos parte de la Minga Nacional, celebramos este hito como un paso fundamental hacia la implementación real de nuestros derechos, especialmente el derecho a la salud con pertinencia cultural y autonomía territorial.
Sin embargo, también advertimos que este reconocimiento normativo debe ir acompañado de una implementación efectiva, con participación plena de los Pueblos Indígenas en cada etapa del proceso. No basta con el decreto: se requiere voluntad política, financiación adecuada y respeto integral por nuestros sistemas propios.
Este avance se da en un contexto de movilización masiva en todo el país, en el que los Pueblos Indígenas seguimos exigiendo el cumplimiento de los acuerdos históricos, el respeto por nuestros territorios y la garantía real de una vida digna, basada en la autodeterminación, la soberanía sanitaria y el fortalecimiento del Gobierno Propio.
¡El SISPI no es sólo un modelo de salud: es la vida, la sabiduría y la autonomía de los Pueblos Indígenas!
¡Defender nuestros territorios también es defender nuestros sistemas de salud propia!