En minga permanente por la defensa del territorio y el cumplimiento de los compromisos del Estado

En minga permanente por la defensa del territorio y el cumplimiento de los compromisos del Estado

La Comisión Nacional de Territorios Indígenas expresa su respaldo a la decisión de los Resguardos Indígenas Nasa Yu’zxiçxkwe, del municipio de Dagua, y Nasa Kiwe (La Delfina), en la vía a Buenaventura, quienes este martes 11 de noviembre de 2025 se declararon en minga permanente ante el incumplimiento reiterado de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) en los procesos de compra, titulación y saneamiento de predios comprometidos con estas comunidades.

Los resguardos han decidido mantener su presencia en las instalaciones de la territorial Valle de la ANT, exigiendo el cumplimiento efectivo de los acuerdos y la presencia inmediata del director general, Juan Felipe Harman Ortiz, para que se instale una mesa de diálogo y se brinde una respuesta real a las demandas territoriales pendientes.

Desde la CNTI rechazamos la desatención institucional frente a compromisos adquiridos que son esenciales para la garantía de los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas. La falta de cumplimiento no sólo vulnera los principios de buena fe y concertación, sino que profundiza los conflictos, la desconfianza y la crisis de gobernanza en los territorios.

Exigimos al Estado colombiano y a la Agencia Nacional de Tierras garantizar el respeto a los derechos colectivos, la seguridad de los mingueros y el cumplimiento de los acuerdos establecidos. El ejercicio de la movilización pacífica y la minga es una expresión legítima de autonomía y resistencia frente a la inacción del Estado.

En minga de resistencia por la vida, el territorio y la dignidad de los pueblos.

¡Defender los territorios, es defender la vida!

Las cuatro peticiones de los pueblos indígenas a la presidencia de la COP

Las cuatro peticiones de los pueblos indígenas a la presidencia de la COP

COMUNICADO DE PRENSA

Por: Bernardo Bejarano

Belém, 10 de noviembre de 2025. Con cuatro recomendaciones a la presidencia de la COP30 comenzó la histórica participación de los pueblos indígenas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebra a partir de hoy en Belém (Brasil).

En su declaración de apertura, el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático (IIPFCC) abordó en primer lugar una de sus principales preocupaciones: que en el campo de la transición energética el remedio resulte igual o peor que la enfermedad. En ese sentido, pide que el Programa de Trabajo sobre Transición Justa que salga de la COP30 respete los derechos humanos, especialmente la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP). En este punto se destaca la protección explícita a las comunidades en aislamiento voluntario o en contacto inicial.

El texto, consensuado después de dos días de deliberaciones en un teatro de esta ciudad amazónica, llama la atención sobre “la colonización” en los territorios indígenas, no sólo con la expansión de los combustibles fósiles —incluida la Amazonia—, sino con la minería de materiales para la transición, el comercio de carbono, la extracción de uranio para la energía nuclear, la geoingeniería y las grandes infraestructuras de energía renovable.

El segundo llamado del IIPFCC es uno de los más recurrentes de los últimos años: garantizar un acceso directo —no mediado por los Estados— a todas las formas de financiamiento climático.

Los pueblos indígenas piden además “participación y representación plena y efectiva en todos los procesos de toma de decisiones”, especialmente en los que tienen que ver con las NDC (las contribuciones cada país para reducir las emisiones contaminantes) y los Planes Nacionales de Adaptación (NAP).

Por último, instan a reconocer las contribuciones a la acción climática dentro del marco del Acuerdo de París que han venido haciendo las mujeres, los jóvenes y las personas con discapacidad que hacen parte de sus comunidades.

Antes de plantear sus recomendaciones, los pueblos indígenas celebraron el hito de la primera COP organizada en la Amazonia, la región más biodiversa del planeta, pero lamentaron que “la falta de compromiso y ambición de las Partes” (los Estados) haya llevado a la humanidad a puntos de no retorno.

cLa afluencia será tan grande que en el campus de la Universidad Federal de Pará se destinó un espacio de casi 73.000 metros cuadrados para alojarlos, bautizado COP Village.

9 de noviembre arribo a Belém de Para de la Flotilla Amazónica Yaku Mama

9 de noviembre arribo a Belém de Para de la Flotilla Amazónica Yaku Mama

Luego de recorrer más de 3.000 kilómetros desde las alturas de los Andes ecuatorianos hasta las selvas del Amazonas, la Flotilla Amazónica Yaku Mama llegó el 9 de noviembre a Belém do Pará, en vísperas de la COP30, como un acto colectivo de autonomía, resistencia y unidad territorial.

La Flotilla está integrada por Pueblos Indígenas, organizaciones, movimientos y defensores de la vida de la cuenca amazónica y de todos los territorios indígenas que hemos navegado durante semanas para llevar a la COP30 un mensaje profundo: no hay justicia climática sin justicia territorial.

La conferencia de prensa se realizó a las 5:00 p.m. en el Porto de Souza Sobrinho, en la ciudad de Belém, con vocerías de delegados indígenas y representantes de las organizaciones que integran la Flotilla, provenientes de Ecuador, Perú, Colombia, Brasil, Guatemala e Indonesia, entre otros países.

Reafirmamos la voz colectiva de los pueblos que defendemos la vida y el agua, y que hoy nos reunimos en Belém para recordar que las decisiones globales sobre la crisis climática no pueden seguir tomándose lejos de los territorios ni sin nuestra participación efectiva.

La llegada de la Flotilla reafirma el llamado de los pueblos a la COP30, un llamado que nace desde los ríos y las comunidades, y que reclama el reconocimiento de los territorios indígenas como el centro de la acción climática y la garantía de la vida en el planeta.

Para los Pueblos Indígenas, el territorio es un ser vivo: una red de relaciones espirituales, naturales y humanas que se ordena, cuida y sana según nuestras leyes de origen. Defender los territorios es defender la vida, porque son el corazón de la biodiversidad y el centro de la acción climática global.

Nuestros derechos territoriales son acción climática. La identificación, protección y garantía jurídica de los territorios indígenas son la base de toda estrategia de mitigación y adaptación frente a la crisis. A mayor seguridad territorial, menor violencia y destrucción.

Sin territorio no hay futuro, y sin justicia racial no hay justicia climática: la crisis actual tiene raíces coloniales y extractivistas que deben transformarse desde la reparación, la autodeterminación y el respeto.

La Flotilla Yaku Mama denuncia que los territorios indígenas, últimos refugios de vida y equilibrio planetario, son arrasados por el extractivismo y el cambio climático. La llamada transición energética se ha convertido en una nueva forma de colonialismo, que bajo el discurso de las tecnologías verdes impone la extracción de minerales y metales como litio y cobre, generando nuevas zonas de sacrificio en los territorios.

Estas prácticas contradicen los discursos de sostenibilidad de la COP30 y perpetúan la hipocresía climática, mientras se criminaliza y asesina a quienes defienden la tierra y el agua.

Los Pueblos Indígenas y comunidades territoriales, que menos contribuimos a la crisis, somos los más afectados. Exigimos que la COP30 deje de decidir sobre nosotros, sin nosotros, y que se garantice nuestra participación plena en todas las decisiones sobre el futuro climático del planeta.

Nuestras propuestas y exigencias

Defender los territorios como acción climática principal. Exigimos el reconocimiento y garantía de los derechos territoriales, base para proteger los bosques, los ríos y la biodiversidad.

Reclamamos la prohibición de actividades extractivistas en la Amazonía y en todos los territorios indígenas del mundo. La Amazonía no es un recurso para explotar, sino un ser vivo que debe ser protegido. Solo una Amazonía libre de petróleo, gas y carbón podrá garantizar la biodiversidad y la vida de quienes la habitan.

Exigimos que la transición energética sea realmente justa, que respete el Consentimiento Libre, Previo e Informado, y que ponga fin a los proyectos que amenazan nuestros territorios y modos de vida.

Demandamos el reconocimiento y la protección de territorios libres de explotación donde habitan los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI). Garantizar su existencia es esencial para la biodiversidad, el equilibrio climático y la vida del planeta.

Solicitamos fondos climáticos ágiles, justos y sin intermediarios, destinados directamente a las comunidades y gobiernos propios. Integración de conocimientos y diversidad cultural. Instamos a que sistemas de conocimientos propios y prácticas tradicionales sean reconocidos como soluciones vivas y replicables dentro de las políticas climáticas globales.

Exigimos seguridad, justicia y fin de la impunidad frente a las amenazas, asesinatos y criminalización de quienes protegen los territorios y la vida.

Un mensaje al mundo

La Flotilla Yaku Mama recuerda que la diversidad biológica depende de la diversidad cultural: sin pueblos, lenguas ni conocimientos vivos, la Madre Tierra pierde su equilibrio. El futuro se escribe en comunidad y diversidad. Escuchar y respetar la palabra de los pueblos es el camino para sanar la Tierra, restaurar la armonía y garantizar la continuidad de la vida.

¡Defender los territorios, es defender la vida!

La participación indígena en la COP 30, esencial para las decisiones globales

La participación indígena en la COP 30, esencial para las decisiones globales

La Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) y nuestra emisora Ka’tikunsi – La Voz de los Territorios participaremos en la COP30, la trigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se celebrará en Belém, en el corazón de la Amazonía brasileña, del 10 al 21 de noviembre de 2025.

La participación indígena, esencial para las decisiones globales

La participación de los Pueblos Indígenas en la COP30 es fundamental para que las decisiones globales sobre la crisis climática reconozcan nuestros derechos territoriales y colectivos, valoren los sistemas de conocimiento propio y comprendan el papel como custodios de la vida y portadores de soluciones vivas y reales para el cuidado de la Madre Tierra.

Celebrar esta cumbre en un territorio que alberga el 20% del agua dulce del planeta y más de 100.000 millones de toneladas de carbono convierte a la COP30 en una oportunidad histórica para visibilizar el papel de los Pueblos Indígenas como guardianes ancestrales de la Amazonía, hoy amenazada por la expansión extractiva y la crisis climática.

Pueblos Indígenas: custodios de la vida

En el mundo somos más de 476 millones de personas que pertenecemos a más de 5 mil Pueblos Indígenas, y estamos presentes en más de 90 países. Las personas indígenas habitamos territorios en dónde se concentra la mayor parte de la biodiversidad del planeta. Nuestra relación con la tierra, el agua, el aire y los seres que los habitan es espiritual y relacional: el territorio no es un recurso, es un ser vivo del cual hacemos parte.

Los Pueblos Indígenas comprendemos de forma integral las crisis que enfrenta la humanidad —cambio climático, pérdida de biodiversidad y desertificación— como expresiones de un mismo desequilibrio. Por eso, exigimos que sean abordadas de manera conjunta e integral con soluciones colectivas, coherentes y verdaderas.

Guardianes de la Amazonía y soluciones vivas

En la Amazonía, más de 500 naciones indígenas, incluidas 188 en aislamiento voluntario, han protegido la selva durante milenios. Sus sistemas de conocimiento, espiritualidad y prácticas tradicionales han permitido que este bioma siga siendo uno de los principales sumideros de carbono del planeta y fuente vital del 20% del agua dulce mundial.

Experiencias como los sistemas agroforestales integrados, la gestión comunitaria del territorio y las formas propias de gobernanza demuestran que los Pueblos Indígenas ofrecemos soluciones concretas, justas y efectivas frente a la crisis climática.

Defender la Amazonía implica reconocer jurídica y políticamente al territorio integral como sujeto vivo, un ser que alberga relaciones, responsabilidades y obligaciones compartidas. Urge construir políticas públicas que garanticen su integridad ecológica, cultural y espiritual, junto con mecanismos de consulta, control territorial y gestión comunitaria.

Hacia una política climática justa y coherente

Los Pueblos Indígenas exigimos que nuestros voces, derechos y sistemas de conocimiento sean parte activa de las negociaciones internacionales y de las políticas nacionales. Reconocer su papel histórico y actual en la protección de la Amazonía no es un gesto simbólico, sino una condición para la sostenibilidad del planeta y el futuro de la humanidad.

La COP30 será un verdadero hito solo si garantiza la participación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas en la gobernanza climática, con representación real, financiamiento directo y mecanismos de incidencia propios dentro de los espacios formales de decisión de la CMNUCC.

Desde la CNTI reafirmamos que los Pueblos Indígenas no solo somos parte de la solución, somos la respuesta viva frente a la crisis climática.

¡Defender los territorios es defender la vida!

¡La respuesta somos nosotros!

Comunicado a la opinón pública sobre retroceso en derechos indígenas tras exclusión del Capítulo Étnico en la ONU

Comunicado a la opinón pública sobre retroceso en derechos indígenas tras exclusión del Capítulo Étnico en la ONU

Bogotá, 2 de noviembre de 2025

Comunicado a la opinión pública y la comunidad internacional

La Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) expresa su profunda preocupación ante la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de excluir el seguimiento al Capítulo Étnico del nuevo mandato de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, pese a la solicitud expresada por mas de un centenar de organizaciones sociales, étnicas y de derechos humanos.

Esta exclusión representa un retroceso en el reconocimiento de los compromisos asumidos por el Estado Colombiano en el Acuerdo Final de Paz, particularmente frente a los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades étnicas. El acompañamiento internacional, imparcial y técnico de la ONU ha sido clave para promover la confianza institucional, la protección de los derechos humanos y la implementación efectiva de los componentes étnicos del Acuerdo.

Dejar por fuera el Capítulo Étnico del mandato de verificación debilita los avances logrados en materia de inclusión, enfoque diferencial y participación étnica, y puede generar un vacío en la supervisión de los compromisos que garantizan los derechos territoriales, culturales y políticos de los 115 pueblos indígenas del país.

La CNTI recuerda que el Capítulo Étnico no es un anexo ni un complemento, sino un componente estructural del Acuerdo que exige una mirada integral y estratégica. Su implementación requiere comprender el aporte histórico y presente de los pueblos indígenas a la construcción de la Nación, y reconocer que sin la garantía de los derechos territoriales y culturales no habrá paz duradera.

La exclusión del Capítulo Étnico revela la persistencia del racismo estructural que continúa reproduciéndose en los espacios multilaterales, donde se espera, por el contrario, un trabajo decidido y coherente con los principios de igualdad, pluralismo y participación de los pueblos indígenas y étnicos.

Exigimos:

  • Restituir el seguimiento al Capítulo Étnico dentro del mandato de la Misión de Verificación de la ONU.
  • Garantizar una implementación integral del Acuerdo Final de Paz, con enfoque territorial y diferencial.
  • Reconocer y fortalecer la participación efectiva de los pueblos indígenas en los mecanismos de verificación y cumplimiento.

Convocamos a la ONU, a los organismos multilaterales, a las entidades del Estado Colombiano, a las organizaciones sociales y a la sociedad civil a pronunciarse con firmeza frente a esta exclusión, y a trabajar conjuntamente para asegurar que la paz en Colombia sea étnica, territorial y con justicia social.

La paz solo será duradera si se fundamenta en la verdad, la reparación y la no repetición, y si garantiza la participación plena de los pueblos históricamente marginados y afectados por la guerra.

¡DEFENDER LOS TERRITORIOS, ES DEFENDER LA VIDA!

Comisión Nacional de Territorios Indígenas – CNTI

Pueblos Indígenas defienden la moratoria del CDB sobre árboles genéticamente modificados: la biodiversidad no se negocia

Pueblos Indígenas defienden la moratoria del CDB sobre árboles genéticamente modificados: la biodiversidad no se negocia

En el marco de la reunión del nuevo Órgano Subsidiario sobre el Artículo 8(j) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), líderes indígenas, científicos y defensores de la justicia ambiental realizaron un llamado urgente a los gobiernos para mantener la moratoria de facto adoptada en 2008 (Decisión IX/5) que prohíbe la liberación de árboles genéticamente modificados (GE) en el medio ambiente.

La conferencia de prensa, organizada por el Global Justice Ecology Project y la Indigenous Environmental Network, alertó sobre los graves riesgos ecológicos, sociales y culturales que representan los árboles genéticamente modificados, especialmente en América Latina, donde se avanza hacia su liberación comercial bajo el argumento de la “bioeconomía” y los mecanismos de compensación de carbono.

Una amenaza para la vida y los territorios

Durante el encuentro, Valentina Tereshkova, coordinadora de la Campaña de Justicia de Género y Bosques de la Global Forest Coalition, advirtió que “la legalización de eucaliptos transgénicos en Brasil, vinculada a proyectos de compensación de carbono, constituye un retroceso peligroso. Los monocultivos de eucalipto han causado deforestación, acaparamiento de tierras y contaminación de agua. Incorporar la ingeniería genética amplifica esos impactos y ofrece a las grandes corporaciones una falsa imagen verde”.

Por su parte, la científica Ricarda Steinbrecher, de la Federación de Científicos Alemanes, subrayó que los árboles modificados genéticamente “pueden alterar la compleja red ecológica de los bosques, ya que viven décadas, se comunican y adaptan a su entorno. Su polen y semillas viajan grandes distancias, haciendo imposible su contención. Su liberación al ambiente es un experimento de alto riesgo con consecuencias imprevisibles”.

El líder indígena Thomas Joseph Tsewenaldin, de la Indigenous Environmental Network, recordó que “los árboles son parte de una relación sagrada entre los pueblos y la Tierra. Los árboles transgénicos rompen ese equilibrio y amenazan la continuidad de la vida. Exigimos que los Estados Parte del CDB cumplan la Decisión IX/5 de 2008 y prohíban su comercialización. No hay innovación posible cuando se atenta contra la Madre Tierra”.

La posición de los Pueblos Indígenas de Colombia

En representación de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI), el líder nasa Gustavo Ulcué Campo reafirmó que la defensa de los territorios ancestrales es la medida más efectiva para proteger la biodiversidad y enfrentar la crisis climática.

“Para los Pueblos Indígenas, la vía más poderosa de conservación es el reconocimiento, la demarcación y el saneamiento de nuestros territorios. Durante miles de años hemos cuidado las tierras que hoy albergan la mayor biodiversidad de Colombia. Sin embargo, seguimos siendo desplazados por proyectos de monocultivo, plantaciones industriales y falsas soluciones como los árboles genéticamente modificados”, afirmó Ulcué Campo.
“Defender nuestros territorios es defender la vida misma. Los pueblos no aceptamos la mercantilización de la naturaleza ni su manipulación genética en nombre del clima”.

Llamado global a los Estados Parte

La CNTI se une al llamado internacional para que los gobiernos cumplan la moratoria del CDB y apliquen el principio de precaución frente al uso de biotecnologías que amenazan los ecosistemas, los derechos de los pueblos y la soberanía alimentaria.

La expansión de plantaciones industriales —ahora con variedades genéticamente editadas— está provocando desplazamientos, contaminación, pérdida de biodiversidad y violaciones a los derechos reconocidos en el Artículo 8(j) del CDB.

La defensa de la biodiversidad pasa por garantizar la seguridad jurídica de los territorios indígenas y respetar sus conocimientos tradicionales. La ciencia, la política y la justicia ambiental deben converger en una misma dirección: proteger la vida, no modificarla.

!Defender los territorios, es defender la vida!

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