Después de atravesar el río Inírida por dos horas y media, llegamos a los cerros de Mavicure, ubicado en el resguardo indígena “El Venado”, un espacio sagrado para los pueblos originarios como los Piapoco, Puinave, Curripaco, Tucano, entre otros pueblos que habitan este territorio.
En el recorrido, don Joselín Gamba, del Pueblo Indígena Curripaco, nos habló sobre la importancia de este espacio y el significado de los cerros del Mono, el Pajarito y Mavicure, donde Mavi, significa la chonta utilizada para la fabricación de la cerbatana (Un instrumento para introducir dardos, pequeñas flechas u otros elementos que son usados para la caza) y Cure, que hace referencia al veneno que los pueblos ancestrales utilizaban para las puntas de las cerbatanas.
Al llegar a Guainía (“espejito del sol” en lengua Puinave) se tuvo la posibilidad de analizar y reconocer que es uno de los territorios con mayor presencia de Pueblos Indígenas, con una gran extensión de selva cargada de intereses capitales que buscan explotar su riqueza natural y someter a muchos de sus habitantes a unas constantes problemáticas como la presencia de grupos armados, deforestación, minería ilegal, entre otras que siguen amenazando el Buen Vivir de los pueblos originarios.
Paisaje Sonoro Guainía
En cuanto a sus actividades productivas y económicas, la comunidad suele hacer uso de herramientas que cuentan con un saber ancestral, enfocadas en la extracción de la gravilla y la pesca, además de contar con diferentes grupos familiares artesanales, quienes trabajan la tejeduría en fibra de CumarÉ.
Dentro de las afectaciones al territorio que expresaron y las que logro identificar el equipo técnico de la CNTI, se encuentra la venta de parcelas que son de las comunidades pero que están generando contaminación por mercurio y minería. Además de los bonos de carbono por pagos de servicios ambientales y el asentamiento de colonos dentro de los resguardos.
